sábado, 19 de septiembre de 2009

Un caballero con aires de flauta



La inspiración puede no tener fin, hasta el momento en que un iluso sopla devastación en tus oídos. Tal acto amerita, sin duda, blandir una hoja en la profundidad del día... El poema llevará el mejor nombre que puedan otorgarle los lectores.


(nombre acá)


Te encuentro en mil rostros,

te busco en mil bocas.

y así, tan cerca, me alejo más

y más de vos...


Ya no comando ejércitos,

vos ya no corrés por París.

No sé dónde estás,

pero solo me queda una batalla.


Alzo mi espada

contra una compañía

de fantasmas propios,

y un ejército de

fantasmas ajenos.

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